Ante el cierre de las fronteras, guías turísticos de Bhután se capacitan
Antes del brote de la COVID-19, Lhamo y su esposo, ambos guías turísticos culturales, llevaban una cómoda vida en Timbu, capital de Bhután. En ese entonces no había escasez de trabajo dada la gran afluencia de turistas en el país, apodado “el último Shangri-La”.
Bhután registró su primer caso de COVID-19, un turista estadounidense, el 6 de marzo de 2020. Para tratar de contener la propagación de este virus tan contagioso, el gobierno del país cerró inmediatamente las fronteras, una restricción que aún no se ha flexibilizado, ni mucho menos eliminado.
Buscar empleo en el contexto de una inmensa crisis mundial no fue nada fácil. Sin una fuente de ingresos y con pocos ahorros, Lhamo y su esposo apenas podían pagar la renta. “Pedimos una exención al dueño, pero fue en vano. De no ser por la ayuda de emergencia de Su Majestad para afrontar la COVID-19, no habríamos tenido otra opción más que abandonar nuestro hogar”, dice Lhamo.
Sin poder hallar un empleo y desesperados por mantenerse a flote, decidieron alquilar un terreno en las afueras de Timbu y cultivar chiles. Los ingresos eran muy inferiores a los que tenían antes, pero eran mejor que nada.
Tras meses de búsqueda, el esposo de Lhamo consiguió un empleo con el programa municipal de “efectivo por trabajo” de Timbu, creado para atenuar el impacto socioeconómico de la COVID-19 en los trabajadores del turismo. Por su parte, Lhamo se inscribió en el curso de guía de senderismo ofrecido por medio del proyecto “Proteger los medios de vida y reforzar el sector del turismo en Bhután”, del Consejo de Turismo de Bhután (TCB) y el PNUD.
Este proyecto se implementó en el marco del plan de contingencia económica del país orientado a incluir a quienes se dedican al turismo en actividades rentables. El PNUD apoyó el proyecto, financiado por el Fondo Fiduciario de Asociados Múltiples de la ONU para afrontar la COVID-19, como parte de sus esfuerzos de respuesta y recuperación frente a la pandemia a nivel nacional.
Lhamo estuvo entre los 100 guías turísticos culturales que aprovecharon la oportunidad de desarrollar nuevas competencias. El curso de guía de senderismo no podría haber llegado en un mejor momento. “Siempre había querido experimentar lo que implicaba ser una guía de senderismo, pero nunca había tenido tiempo para perseguir ese sueño, por lo que esta fue una gran oportunidad”, señaló.
La situación de Lhamo y su esposo es similar a la de otros miles de guías turísticos.
El sector del turismo sigue siendo uno de los más afectados por la pandemia de coronavirus en Bhután. La evaluación rápida del impacto socioeconómico que el gobierno realizó en abril de 2020, en la que el PNUD contribuyó como especialista técnico en colaboración con otros organismos de la ONU, reveló que la pandemia había afectado profundamente a esta pequeña nación montañosa que depende en gran medida de los visitantes.
Sonam Dorji, de Trongsa, es otro guía turístico cultural cuya vida ha dado un giro 180° desde la llegada de la COVID-19. “La pandemia nos ha afectado gravemente”, dice Sonam, que está casado y tiene un niño pequeño. “No pudimos seguir pagando la renta de nuestro apartamento y tuvimos que mudarnos con la familia de mi esposa. La ayuda del fondo de asistencia de Su Majestad frente a la COVID-19 nos dio un respiro”.
Al igual que Lhamo, Sonam aprovechó la oportunidad de formarse como guía de senderismo. “El curso cuesta 45.000 ngultrums pero, gracias al apoyo del Consejo de Turismo y la ONU, hemos podido hacer el curso sin costo alguno. Es una gran oportunidad”, señaló.
Tandin Gyem, de Punakha, otra guía turística cultural, vivía en un apartamento de alquiler en Timbu antes de la pandemia, y tenía un ingreso estable que le permitía enviar dinero regularmente a su hermano que es estudiante universitario. Pero todo esto ha quedado en el pasado desde que la pandemia alteró su vida por completo, ya que se ha visto obligada a abandonar su apartamento y mudarse con sus primos.
El curso de guía de senderismo le brindó esperanzas y la mantuvo entusiasmada en estos tiempos difíciles e inciertos. “Me encanta hacer excursionismo y siempre he querido ser guía de senderismo, por lo que agradezco esta oportunidad”, dice.
Otros guías, como Sangay Tenzin y Choki Zangmo, están pensando en regresar a sus aldeas hasta que la situación mejore. Karma Norbu dice que le preocupa su futuro, pero, por ahora, está ayudando a su madre con su negocio.
Aunque el futuro es incierto, estos jóvenes guías turísticos butaneses esperan que el turismo se restablezca pronto para poder llevar a grupos de senderismo a las maravillosas montañas nevadas que caracterizan el norte del país.
El proyecto “Proteger los medios de vida y reforzar el sector del turismo en Bhután”, del TCB y el PNUD, ha beneficiado directamente a más de 150 trabajadores del sector del turismo afectados (incluidas 27 mujeres) y sus familias. También ha apoyado la participación de esos trabajadores en la digitalización del famoso desafío de senderismo del país Snowman Trek y la mejora del sendero de Phajoding en Timbu. Estas intervenciones han permitido brindar asistencia inmediata a las personas dedicadas al turismo.
Texto: PNUD Bhután. Fotos: PNUD Bután, excepto donde se indique.