Apoyo a pequeños agricultores durante la pandemia de COVID-19

ONU Desarrollo
4 min readJul 29, 2020

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La iniciativa “Dom Tavora”, financiado por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), se adaptó para brindar apoyo de asesoramiento y desarrollo de capacidades a los pequeños agricultores durante la pandemia.

En Sergipe, el estado más pequeño de Brasil, familias rurales de 15 municipios vulnerables trabajan junto al PNUD para superar las dificultades económicas generadas por la pandemia de COVID-19.

La iniciativa “Dom Távora”, implementada por el PNUD y financiada por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), se adaptó para seguir ofreciendo asesoramiento y apoyo al desarrollo de capacidades a pequeños agricultores que no pueden permitirse interrumpir sus actividades, ya que son esenciales para garantizar la seguridad alimentaria en la región.

El 49% de los beneficiarios del proyecto son mujeres rurales. Ana María Santos, miembro de la Asociación de Agricultura Familiar Unicapri, comenta que la iniciativa sigue ofreciéndoles apoyo incluso en la distancia. “Estamos muy satisfechos por la asistencia técnica que estamos recibiendo a través de diversos canales de comunicación, porque realmente la necesitamos”, dice.

Capacitación a distancia

Ana María se refiere al asesoramiento a través de medios digitales. La Secretaría de Estado de Agricultura de Sergipe y el equipo compuesto por 10 técnicos asesores los adoptaron con éxito para ayudar a las familias de agricultores y sus organizaciones a acceder a los mercados de insumos, productos, servicios y mano de obra.

En las áreas donde la conexión a internet es inestable, se utiliza WhatsApp como una herramienta para proporcionar asesoramiento individual y para compartir rápidamente información.

La asistencia técnica basada en fotos, videos y mensajes de audio ayuda a monitorear y respaldar los procesos de producción, mantenimiento y reparación de equipos e infraestructura, realizar verificaciones de las entregas, entre otros.

José de Jesús, agricultor, explica que los expertos ayudan incluso cuando los agricultores lidian con el parto complicado de algún animal. “El proyecto de cría de ovejas es muy importante para nuestra comunidad. Fuimos capacitados por el asesor técnico y cada vez que tenemos alguna duda, buscamos su guía. Gracias al proyecto estamos manteniendo nuestro rebaño”, dice José.

Durante las medidas de aislamiento social, un agricultor solicitó y recibió orientación a través de WhatsApp mientras realizaba una cirugía veterinaria; especialistas pudieron inspeccionar a distancia los equipos agrícolas entregados por los vendedores que concluyeron el proceso de adquisición; y las mujeres dedicadas a la avicultura recibieron capacitación a través de video sobre cómo construir sistemas de alimentación y riego con materiales ya disponibles en sus granjas.

El equipo también utiliza smartphones y WhatsApp para reuniones semanales con compradores para discutir la disponibilidad y comercialización de los productos locales. Esto ha sido esencial para garantizar el acceso a los mercados durante la pandemia.

Uno de los desafíos clave que enfrentan los agricultores es vender sus productos. En respuesta, los asesores técnicos han trabajado con los agricultores para identificar y adoptar nuevas formas de marketing y ventas, incluidas herramientas web y de redes sociales que podrían mantenerse en el futuro. Esto ayudó a que las ventas volvieran al 50–60% del producto en comparación con solo el 10–20% vendido en marzo. El equipo diseñó un mecanismo de certificación participativo donde los productores inspeccionan el trabajo de los demás para garantizar la calidad de la producción y generar un marketing colectivo y redirigir los productos que no se vendieron a las comunidades para complementar el suministro de alimentos. Como resultado, los avicultores pudieron comercializar prácticamente todas sus aves y huevos. Si las restricciones continúan por más tiempo, el próximo paso será asegurar el intercambio intermunicipal como una forma de diversificar la dieta de las comunidades locales.

“Espero que la comercialización en línea de huevos y pollos, que comenzó debido a las limitaciones impuestas por la pandemia, aumente significativamente en las próximas semanas y se mantenga también después”, comentó Daniel Nakabayashi, uno de los técnicos asesores del proyecto.

Apoyo a los jóvenes

El proyecto ya había estado trabajando en el apoyo a las mujeres y jóvenes rurales dando prioridad a las empresas de su propiedad. Una iniciativa llamada “Agente Joven” fue diseñada y puesta en marcha dentro de la cadena de valor de ovejas y cabras durante los últimos años.

Como resultado del mayor uso de tecnologías para mitigar los efectos de aislamiento social, los jóvenes locales se involucraron mucho más en los procesos de producción y comercialización ayudando a sus padres a lidiar con la tecnología y los desafíos relacionados.

Ahora esta dinámica se está expandiendo a otras cadenas de producción, ofreciendo a los jóvenes agricultores y a los niños capacitaciones sobre sostenibilidad, nuevas tecnologías, acceso a los mercados y otros temas. Como resultado, podrán ayudar no solo a sus padres sino también a otros agricultores de sus comunidades, ahora y después de la crisis de COVID-19.

Mujeres rurales

Alrededor de la mitad de los beneficiarios del proyecto son mujeres rurales.

La pandemia ha afectado a las mujeres de manera desproporcionada tanto en términos económicos y de carga de trabajo como en términos de seguridad.

Las propietarias de empresas de artesanías y cooperativas perdieron prácticamente todos sus ingresos. En respuesta, se les ha apoyado a definir el proceso de producción, el costo y el precio final para la fabricación de máscaras, así como a vender sus productos a las instituciones estatales, que luego distribuyen de manera gratuita a los más necesitados.

Xifroneze Santos, líder comunitaria de Quilombo Caraíbas, dice que la producción de máscaras ha tenido un resultado positivo y les ha ayudado a garantizar ingresos en tiempos de pandemia. “Es un momento muy difícil, pero tenemos que resistir para poder existir”.

En respuesta al aumento de casos por violencia doméstica entre las beneficiarias del proyecto, los temas de género y violencia de género se integraron en los planes de capacitación para las 22 asociaciones productivas rurales con el objetivo de fomentar la autonomía financiera de las mujeres.

Texto y fotografías por PNUD Brasil

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