“Aunque estoy lejos, puedo hacer llegar el mensaje”
Microprogramas de radio llegan a los pueblos indígenas de Perú en idiomas originarios.
Más de 50 pueblos indígenas habitan nuestra Amazonía. Más de 50 pueblos con cultura, historia e idiomas, riquezas que no deben perderse. Pero además con personas: familias, niños, niñas, mujeres y hombres, que como el resto del Perú se enfrentan hoy en día a la emergencia que significa la gran pandemia.
Sin embargo, no se enfrentan en igualdad de condiciones.
Según el último censo nacional, solo el 32% de comunidades indígenas en el país cuenta con establecimientos de salud, y de ellos, el 92% son postas sin personal médico. Solo el 1,7% de estas postas tiene internamiento. La brecha en acceso a servicios tan básicos como salud se traduce en los elevados números de contagio en las regiones donde habitan principalmente las poblaciones indígenas: al 13 de enero, más de 28 mil personas de pueblos indígenas se habían contagiado de COVID-19.
Dicen a menudo que la pandemia no discrimina, pero para quienes se enfrentan a ella en desventaja, los efectos son mucho mayores, y serán más duraderos.
Para proveer a las comunidades información oportuna sobre prevención, atención y cuidados frente al coronavirus, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, el Ministerio de Cultura y la Confederación de Nacionalidades Amazónicas del Perú (CONAP), se unieron para crear “Respira Amazonía”: una serie de 50 microprogramas radiales en idiomas originarios, que se transmitirán durante 4 meses en 10 estaciones de radio de la Amazonía peruana.
La radio en tu idioma
“Creo que es una manera más natural de llegar a las comunidades”, dice Edson Mego Yana, de la comunidad kakataibo de Puerto Azul en Padre Abad, Ucayali. Edson tiene 32 años, y es el único traductor kakataibo registrado en el Ministerio de Cultura. “A veces pensamos que porque estamos lejos de la ciudad no vamos a estar en contacto con el virus. Pensamos que porque somos indígenas somos más fuertes. Pero no es así. Esta es una manera de informar lo que sucede realmente, cómo es el virus, de qué trata y cómo nos contagiamos”.
Tomar en cuenta estas creencias culturales y a partir de ello construir los guiones es un proceso con enfoque intercultural. Además de poner en valor los saberes y costumbres de las comunidades, la difusión de la información en distintos idiomas significa una revalorización de los mismos.
En el Perú se hablan 47 idiomas indígenas; 44 de ellos se encuentran en la Amazonía. De acuerdo con el censo de 2017, 4,3 millones de personas declararon como lengua materna una que no es el español. Con el enfoque intercultural en el centro de la intervención, los microprogramas garantizan el ejercicio de los derechos de las poblaciones indígenas: acceso a la información y a la educación. Y se crea, también, un espacio de confianza.
“Todos los pueblos de la Amazonía y de los Andes, nos sentimos en confianza cuando en un momento nos encontramos y hablamos en nuestro propio idioma. Nos sentimos identificados, nos sentimos alegres”. Valbina Miguel Toribio, de la comunidad yanesha de Loma Linda Laguna en Palcazú, Pasco, es dirigente de su organización desde hace más de 10 años. Es actualmente Coordinadora Nacional de la Federación de Comunidades Nativas Yanesha (FECONAYA).
Lenguas en peligro de extinción
Valbina es la traductora encargada de los textos en Yanesha para Respira Amazonía, uno de los idiomas con menos hablantes. Según la Base de Datos de Pueblos Indígenas u Originarios del Ministerio de Cultura, tan solo 1,142 personas hablan Yanesha en el país. Es un idioma que está en peligro de extinción.
Pero la cantidad reducida de hablantes no lo hace menos importante, sino todo lo contrario. Es fundamental revalorizar los idiomas para evitar perderlos, y toda la historia y cultura que conllevan con ellos. Para grabar los programas de Respira Amazonía se seleccionaron específicamente idiomas dentro de la categoría de los menos hablados; así existen programas en Ashaninka, Shipibo-konibo, Awajún, Yanesha, Kakataibo y Ychuar. Desde diciembre del 2020, los microprogramas están disponibles también en los idiomas matsigenka y yine.
Tener acceso a información en su propio idioma muchas veces se da por sentado, pero para miles de peruanos esto no se da a diario. Puede ser un primer paso, además, hacia proyectos más grandes. “Sería interesante tener un espacio más largo para poder hablar de estos temas en la radio del distrito”, comenta Edson. “Una cosa es escuchar un spot durante una pausa y otra cosa sería tener un programa al que las comunidades se puedan conectar. Hay muchos jóvenes con aptitudes para hacerlo”.
Ese es el espíritu de los pueblos indígenas, el sentido de comunidad que los guía a siempre colaborar con los demás. “Aunque estemos en un momento difícil, tengamos la profesión que tengamos, nuestra sangre siempre es de un pueblo. Y estemos dónde estemos, siempre estaremos colaborando, aportando con nuestros mensajes. Para nuestras mujeres, nuestros niños, nuestros pueblos”, comenta Valbina.
La comunicación es clave
La comunicación fue parte fundamental del proceso. El trabajo coordinado entre el Estado, las organizaciones indígenas y la cooperación internacional, para poder llegar a un acuerdo y un producto que realmente tuviera un impacto.
Los guiones se construyeron de manera colectiva, pasaron por largos procesos de correcciones donde tanto el Estado como organizaciones se encargaron de resaltar cuáles eran sus prioridades y hacerlas conversar entre sí. Para que el proceso funcione, era vital que todos los actores interesados tuvieran un espacio en la mesa de toma de decisiones.
“Queríamos que el gobierno cumpliera su papel de garante de derechos y que los ciudadanos se conviertan en participantes activos en defensa de sus derechos. Nuestro papel es estar en el medio ”, dice Alison Hospina, Especialista en Género e Interculturalidad, PNUD Perú.
“La CONAP ha venido reuniéndose con el PNUD y el Estado, porque es momento de articular acciones, porque la unión hace la fuerza y de esa manera sumamos esfuerzos, compromisos y responsabilidades para así llegar directamente a nuestras comunidades nativas”, comenta Oseas Barbaran, presidente de la CONAP.
Pese a estar en Lima, Valbina puede llegar a su familia en la zona de Pasco. Puede decirles cómo cuidarse y cómo cuidar de los otros.
“A través de mi voz, aunque estoy lejos, puedo hacer llegar el mensaje”, dice Valbina. “Si a mí misma me emociona, siendo la persona que graba, me imagino cómo se siente una comunera que escucha en su idioma. Qué lindo se escucha”.
Autora: Daniella Toce, PNUD Perú