El agua, una bendición y una amenaza para la vida en Bután

ONU Desarrollo
3 min readApr 11, 2019

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El cambio climático no solo significa un clima más extremo, sino que también tiene un impacto directo en el 58 por ciento del país que depende de la agricultura de subsistencia.

Para Phub Zem Doya, habitante de la alejada aldea de Singye, en el sudoeste de Bután, el agua es preciada y no debe darse por sentada.

En su aldea, el cambio climático ha llevado a que muchos ríos y arroyos se sequen, causando escasez de agua, especialmente durante la estación seca de invierno.

El cambio climático ha llevado a que muchos ríos y arroyos se sequen, causando escasez de agua, particularmente durante la estación seca de invierno.

Hasta hace poco, obtener suficiente agua para la familia implicaba hacer varias caminatas de dos horas cada día. Se debía recorrer un camino cuesta arriba a través de un denso bosque para llegar al manantial más cercano. El agua estaba estrictamente racionada y la higiene adecuada era simplemente imposible.

Sin agua en su aldea, las mujeres y niños soportan arduas caminatas de dos horas hasta el torrente más cercano.

Mientras tanto, para Pema Dradul y su comunidad en la aldea de Pasakha, el cambio climático ha planteado el desafío opuesto: sus casas están cerca de un río que crece cada año durante la temporada de lluvias. Con el cambio climático, las inundaciones se han tornado más graves y frecuentes.

El Reino de Bután es un ambiente natural excepcional. Sin embargo, a las comunidades se les recuerda constantemente sobre sus vulnerabilidades geográficas, cada vez más exacerbadas por el cambio climático.

Este país sin litoral está expuesto a una amplia gama de amenazas inducidas por el cambio climático, incluyendo inundaciones debidas al desbordamiento de los lagos de glaciares, inundaciones repentinas y derrumbes, tormentas de viento, incendios forestales y escasez estacional de agua.

Como resultado del cambio climático, los bosques se están secando, aumentando la amenaza de incendios forestales.

El cambio climático no solo significa un clima más extremo, sino que también tiene un impacto directo en el 58 por ciento del país que depende de la agricultura de subsistencia. Si el clima es bueno, los cultivos prosperan; si es malo, las cosechas son escasas y la gente pasa hambre.

Las mujeres tienden a enfrentar mayores dificultades que los hombres, ya que generalmente son las responsables de cocinar, limpiar y brindar sustento a sus hijos.

En 2006, el Gobierno de Bután y el PNUD desarrollaron el Programa de Acción Nacional de Adaptación de Bután (NAPA, por sus siglas en inglés), el cual fue actualizado en 2012 para abordar nuevos peligros.

Con el financiamiento del Fondo para los Países Menos Adelantados del Fondo para el Medioambiente Mundial (FMAM), el primer proyecto NAPA se centró en reducir los riesgos asociados con las inundaciones causadas por el desbordamiento de los lagos de glaciares, y se implementó entre 2008 y 2013. El segundo proyecto NAPA se llevó a cabo entre 2014 a 2018, y el tercero ha estado en marcha desde 2017.

El Fondo para los Países Menos Adelantados del FMAM está ejecutando el tercer proyecto NAPA centrado en la reducción de los riesgos asociados con las inundaciones causadas por el desbordamiento de los lagos de glaciares.

Texto y fotos: PNUD Bután

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