En el PNUD puedo ser yo mismo

ONU Desarrollo
5 min readJul 13, 2022

Conoce a Frank García (República Dominicana), asistente de recursos humanos del PNUD, quien comparte con nosotros su experiencia laboral y la importancia de la inclusión LGBTQI+.

El asistente de recursos humanos del PNUD República Dominicana, Frank García, muestra el icono del Objetivo de Desarrollo Sostenible 10 sobre la reducción de las desigualdades.

Soy de Puerto Plata, un lugar con increíbles playas en la República Dominicana, a aproximadamente 3:30 horas de Santo Domingo, la capital, y me defino como un poeta, un activista y estoy planeando escribir mi propia novela.

Me uní al PNUD en junio de 2019 en Santo Domingo. Comencé cubriendo una baja por maternidad con una consultoría de corta duración y finalmente me quedé incluso cuando mi compañera regresó. Somos un equipo muy internacional con colegas de Chile, Finlandia y España.

Tenía una vida diferente antes de unirme al PNUD.

Cuando cumplí 26 años, me di cuenta de que la vida es demasiado corta para no ser quien eres y para no ser feliz. Tenía un trabajo y unos ingresos estables, era lo que mucha gente en mi país llamaría “un hombre exitoso”, cumpliendo los deseos de la familia y afrontando la presión de la sociedad. Sin embargo, no era feliz. Más bien al contrario: sufría de ansiedad regularmente. Para mí, los lunes eran terribles. Solo esperaba el fin de semana para volver a ser yo. Sentía que nunca me aceptaban por lo que era, tenía que adaptar mi peinado al de los demás, quitarme los pendientes que me gustaba llevar y comportarme como cualquier otro hombre que crecía en mi cultura.

No es fácil ser gay en Santo Domingo, como todavía no es fácil serlo en muchos otros lugares.

Así que elegí un camino diferente: decidí enseñar inglés durante un tiempo y, como psicólogo, di charlas informales a una ONG que ayudaba a las mujeres trans a sentirse empoderadas. Todo comenzó con una charla y con el tiempo me convertí en un apoyo habitual para sus proyectos. Pronto me di cuenta de que, en el proceso de ayudarlas, también me estaba ayudando a mí mismo a sanar.

Mientras ayudaba a esta ONG recibimos la visita de varios expertos y fue allí donde conocí al Especialista en Diversidad e Inclusión del PNUD y de ese modo me enteré del trabajo del PNUD y del equipo de Diversidad. En ese momento estaba viviendo en mi ciudad natal con mi familia y decidí que era el momento de intentarlo, de empezar a perseguir la felicidad que sabía que podía alcanzar. Me presenté al PNUD y, cuando me llamaron para la entrevista, fue la primera vez que asistí sintiéndome “yo mismo”, con mis camisas de colores, mi pelo largo y mi oreja perforada. Fue la mejor entrevista que he tenido. Para mí, lo más importante era saber que había lugares en los que todo esto no importaba.

En el PNUD puedo ser “yo” sin ningún tipo de problema; no tengo que dar explicaciones de quién soy, ni tampoco ser juzgado en base a estereotipos.

Frank posa con sus colegas del PNUD República Dominicana.

En mi función como asistente de recursos humanos, ayudo en diferentes aspectos de la gestión del personal. Atiendo a los clientes internos, prestando atención a las solicitudes de los actuales miembros del personal en materia de contratos, certificaciones, derechos, vacaciones y asesoramiento sobre políticas.

Para mí, tener éxito no consiste en tener un buen trabajo, sino en ser capaz de apoyar a los demás como me hubiera gustado que me apoyaran a mí en el pasado: con empatía y respeto.

Me siento privilegiado por trabajar en un lugar donde puedo ser yo mismo, especialmente cuando veo que muchos de mis amigos no tienen la misma libertad. Esta toma de conciencia es lo que me empujó a enfocarme más en la poesía y a convertirme en activista. Quiero expresar la realidad de ser juzgado todo el tiempo por cosas que son normales. Podemos coexistir en un mismo entorno, pero “nosotros” somos multitudes, todos somos diferentes y nos debemos a nosotros mismos sacar a la luz esa diversidad.

En el PNUD, el concepto de “sentirse aceptado” no explica del todo cómo me siento, porque la aceptación puede ser condicional o temporal, es un asentimiento a algo. En el PNUD es diferente, no hay nada fuera de lo común que “aceptar”, simplemente soy yo. Lo importante es mi trabajo, mis ideas, mis valores, no mi aspecto ni mi orientación sexual.

Aprendí mucho de mi equipo. Por ejemplo, tengo una compañera en silla de ruedas y me contó sus dificultades para vivir en un país donde la mayoría de las estructuras no están adaptadas para ella. Comparamos experiencias y nos dimos cuenta de que en la oficina todos somos personas, colegas y que juntos podemos luchar por la causa de todos.

Compartí mi pasión por la escritura al comienzo de las primeras medidas de restricción por la pandemia, cuando nos pidieron que describiésemos lo que se sentía estando en casa durante tanto tiempo como una forma de conectar entre nosotros. Recuerdo que me pidieron la grabación de la sesión en la que compartí mis pensamientos y, cuando volvimos a la oficina, los compañeros no dejaban de preguntar en los pasillos cómo iba mi poesía. Entonces decidí empezar a publicar en YouTube y ser más activo en las redes sociales. Mis colegas me ayudaron a sentirme empoderado. También actúo regularmente en una sala de mi ciudad con micro abierto para recitar poesía. Comparto pensamientos sobre ser homosexual en mi sociedad, sobre las luchas familiares, sobre la aceptación de lo que no se entiende.

La mía es solo una voz, pero el trabajo que hacemos en el PNUD para lograr la diversidad e inclusión es importante para llegar a todo el mundo, no solo a la gente de las grandes ciudades porque las capitales no definen la cultura de todo un país. Tenemos que sensibilizar a todo el mundo, en las provincias, en los pueblos pequeños, asegurándonos de que todas las personas sepan que el año 2022 tiene que ver con los derechos humanos, con el cambio; es nuestro presente y está ocurriendo ahora.

En el PNUD entendí que no es una utopía alcanzar un mundo mejor donde no dejemos a nadie atrás. Cuanto más compartamos estas experiencias, estas historias personales, cuanto más repensemos todo el concepto de educación, cuanto más escuchemos a la gente, menos gente se quedará atrás.

Para mí, el PNUD es crecimiento. Se trata de conectar seres humanos, de recordar que la fuerza no consiste en ser diferente, sino en ser fiel a uno mismo.

--

--