Eritrea siembra las semillas de la sostenibilidad

ONU Desarrollo
4 min readOct 30, 2017

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En Eritrea, un pequeño país en el Cuerno de África, la rehabilitación de tierras combate la erosión y la desertificación, y ayuda a restaurar la productividad agrícola.

La región montañosa del centro de Eritrea es el ‘granero’ del país.

La región de Tsilima es parte del altiplano del centro de Eritrea, zona agro ecológica y densamente poblada. Es la principal fuente de alimentos del país, donde se centralizan las actuales y futuras inversiones del Gobierno en materia de seguridad alimentaria.

Sin embargo, el crecimiento y la productividad de este “sustento” han ido menguando en los últimos años. Pese al suelo relativamente fértil, la agricultura ha disminuido cada vez más debido a la explosión demográfica, al uso insostenible de la tierra y del agua, y los efectos del cambio climático.

Pasión por la tierra

Los eritreos, preocupados por la amenaza que presentan estos factores, están conscientes de la importancia de adoptar prácticas sostenibles para el manejo de sus recursos y ahora trabajan por cuidar su tierra. Un ejemplo es Gebremichael Gebremeskel, agricultor de 60 años que vive en los confines de Tsilima.

Gebremichael Gebremeskel, agricultor y activista comunitario.

Los eritreos, preocupados por la amenaza que presentan estos factores, están conscientes de la importancia de adoptar prácticas sostenibles para el manejo de sus recursos y ahora trabajan por cuidar su tierra. Un ejemplo es Gebremichael Gebremeskel, agricultor de 60 años que vive en los confines de Tsilima.

Gebremichael ha cuidado su tierra por 30 años, tiene algunas vacas y ha cultivado cebada, trigo y una variedad de vegetales. Es activista de su comunidad y aboga con gran interés por la buena gestión del ambiente. “Mi sueño es que este lugar se convierta en un paraíso”.

Para lograr su sueño, Gebremichael introdujo prácticas de conservación del suelo y agua en su terreno asignado por el gobierno, así como en terrenos comunales abandonados a fin de recuperarlos para la producción agrícola. Asimismo, invirtió mucho tiempo y dinero para crear cultivos en terrazas e impedir el desbordamiento del agua en las tierras, así como para mejorar la capacidad del suelo, retener su humedad y prevenir deslizamientos de tierra sobre las pendientes.

“Si protegemos el altiplano contra el viento y la erosión, protegemos al mismo nuestra tierra”.

Terrazas de laderas ayudan a prevenir la erosión y los deslizamientos de tierra. Foto: PNUD Eritrea

Con el fin de sensibilizar a los miembros de su comunidad y de otras aldeas aledañas, Gebremichael donó 2.000 nafka (unos US$ 130, monto considerable en Eritrea) de su propio dinero para organizar una visita a su granja y servir de ejemplo para otros agricultores.

“La comunidad está lista para adoptar estas prácticas, en especial las mujeres. Solo necesitan que alguien les enseñe a hacerlo y ver los resultados con sus propios ojos. ¡Ni la edad ni el género son un obstáculo para lograrlo!”, asegura.

Futuras cosechas

Para fortalecer el sustento de Eritrea, estas medidas se deben adaptar a nivel regional. Con el apoyo del PNUD y del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), el Gobierno de Eritrea lanzó un proyecto para tener en cuenta los riesgos climáticos en la seguridad alimentaria en las llanuras y cuencas hidrográficas de Tsilima.

Las inversiones de Eritrea en la región están comenzando a dar frutos: se han restaurado más de 9.000 hectáreas de bosques y suelos degradados a través de terrazas de laderas, construcción de represas de rocas y 2.300.000 plántulas de árboles. Además, 17.000 hogares se benefician de medidas agrícolas resistentes al clima y la producción en ciertas áreas se ha más que duplicado.

Visita a Serejeka, donde la tierra ha sido objeto de derechos de usufructo a largo plazo y donde los agricultores han adoptado prácticas de manejo sostenible de la tierra. Foto: PNUD Eritrea

Varios vecinos de Gebremichael y otros agricultores han visto los resultados favorables de las actividades de restauración en sus granjas y en el paisaje que antes estaba degradado. Las colinas que en una época carecían de árboles, ahora han sido reforestadas. Las comunidades ahora se benefician de las hierbas para alimentar al ganado durante la época de sequía y las abejas, que habían desaparecido, ahora son una fuente fiable de miel.

Gebremichael ahora dice con convicción: “Podemos ser autosuficientes y alimentarnos aquí si todos invertimos en estas tierras. Este año logramos cosechar 300 toneladas, pero les puedo asegurar que, si cada agricultor adopta estas prácticas, podemos llegar a producir más de 1.200 toneladas. Todos los agricultores necesitan apoyo para obtener las habilidades, las herramientas y la capacitación adecuada para lograr transformar el paisaje”.

Texto y fotos: Elizabeth Mwaniki / PNUD Eritrea

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