Escuchar las voces de la desigualdad

ONU Desarrollo
6 min readApr 12, 2022

Investigando las diferentes formas en que las comunidades marginadas en el Pakistán experimentan la adversidad

Una investigación del PNUD muestra que la “pobreza de tiempo” afecta más a las mujeres que a los hombres, incluso desde una edad temprana. Foto: PNUD Pakistán

En los últimos años he tenido el privilegio de hablar con comunidades marginadas de todo el Pakistán.

Se celebraron consultas como parte de la elaboración del Informe Nacional de Desarrollo Humano sobre la desigualdad.

Pasábamos los días en estrechas habitaciones sin ventanas en el sofocante calor de Tharparkar; en un charpoy (catre de madera) junto a las cosechas marchitas de Multán que eran el único medio de ingresos de los agricultores; sentados a mesas de plástico de organizaciones no gubernamentales de Peshawar, donde la gente lucía sonrisas brillantes y ropas raídas, para regresar a nuestros hoteles con aire acondicionado a resumir los relatos que habíamos escuchado en unas pocas líneas que se someterían a rigurosas pruebas de autenticidad.

Ha sido una forma extraordinaria de vislumbrar las vidas de la comunidad transgénero, las personas con discapacidad, las mujeres, los jóvenes, los pequeños agricultores, los trabajadores informales, las personas desplazadas y muchos más.

La pobreza puede ser sexista

Según Oxfam Internacional, las mujeres tienen más probabilidades de vivir en la pobreza que los hombres. Sin embargo, esta cuestión es más compleja de lo que parece a primera vista. Las consultas relativas al Informe Nacional de Desarrollo Humano demostraron que, incluso con los mismos niveles de pobreza, las mujeres sufren consecuencias más duras que los hombres.

Hablamos con niños en Karachi, provincia de Sind. Muchos vivían en Orangi Town, uno de los mayores barrios marginales de Asia. El agua no contaminada ha sido históricamente un reto y las niñas con las que hablamos, muchas de ellas menores de 12 años, dijeron que acompañaban a sus madres a diario para llevar agua a sus casas en cubos. Esta “pobreza de tiempo” afecta más a las mujeres que a los hombres, incluso desde una edad temprana. De hecho, las mujeres realizan al menos el doble de trabajo de cuidados no remunerado que los hombres, a veces incluso diez veces más.

Hablamos con mujeres jóvenes de entre 17 y 20 años de Akhagram, en el distrito de Upper Dir, provincia de Jaiber Pastunjuá. La mayoría ya estaba casada y ninguna tenía un trabajo informal o formal. Explicaron que, aunque había colegios públicos en su región, no se podía acceder a ellos a pie. Las cuotas eran costosas, por lo que sus progenitores ofrecían educación superior solo a sus hijos varones. Debido a la falta de inspiración y a las opciones escasas o nulas, estas mujeres no tenían grandes ambiciones ni muchas esperanzas respecto de sus vidas.

El Programa Benazir de Apoyo a los Ingresos otorga transferencias de efectivo a mujeres vulnerables que merecen recibirlas y a sus familias de los hogares más pobres de todo el país. En nuestras consultas, conocimos a innumerables mujeres beneficiarias de estas transferencias, procedentes de todo el Pakistán.

En Rahim Yar Khan, provincia de Punyab, conocimos a mujeres que utilizaron el dinero para abastecerse de alimentos nutritivos y para comprar artículos esenciales y medicamentos. La mayoría de las mujeres gastaban el dinero adicional en sus hijos y afirmaban que las empoderaba para tomar mejores decisiones sobre la salud y el bienestar de su familia.

Las mujeres que trabajan en régimen de servidumbre en Umerkot, Sind, también recibían la transferencia de efectivo del Programa Benazir de Apoyo a los Ingresos. Como esta transferencia exige tener un documento nacional de identidad digital válido, todas estas mujeres tenían documentos de identidad. Esto está fuera de las posibilidades de la mayoría de las mujeres con las que hablamos en las zonas rurales del país. Una mujer de Multán nos dijo que nunca había votado porque su marido no le permitía tomarse una foto.

Las transferencias de efectivo dieron a algunas mujeres un pequeño grado de autonomía. Al mismo tiempo, permitieron a algunas de las más marginadas incorporarse en los registros nacionales, un paso importante hacia el progreso.

La resiliencia ambiental es importante

El Informe sobre Desarrollo Humano 2020 del PNUD trata de la importancia de vivir en equilibrio con nuestro planeta y de las formas en que esto puede contribuir a un mundo más justo para todos. El Informe subraya que hemos dado por sentada la Tierra y, a su vez, hemos desestabilizado los sistemas de los que dependemos para sobrevivir. Las consultas realizadas para el Informe nos ayudaron a comprender este delicado equilibrio.

Por un lado, aprendimos que la desigualdad y la pobreza amplían la crisis climática de muchas pequeñas formas. Los cargadores de carbón de Spin Karez, en la provincia de Baluchistán, relataron cómo el alquiler y otros costos de su sector aumentan cuando sube el precio del gasóleo. Para mantener sus puestos de trabajo se ven obligados a quemar neumáticos viejos o zapatos de cuero. Estos pequeños “ajustes” se combinan para tener un efecto enormemente perjudicial en el medio ambiente, por no hablar de su salud.

Al mismo tiempo, los pequeños agricultores de Multán, en Punyab, eran muy conscientes de las recientes nubes de langostas que diezmaron su cosecha de algodón. El cambio climático y las lluvias anormalmente intensas en el Cuerno de África han provocado un enorme aumento del número de langostas en el Pakistán. Estos pequeños agricultores, que ya tenían dificultades para llegar a fin de mes, pronto podrían sumarse a las muchas víctimas de la crisis climática mundial.

Para reducir la desigualdad, debemos escuchar a las personas afectadas

Esta lección guarda relación con el comienzo de este artículo. La desigualdad abarca un amplio espectro de privaciones, que va mucho más allá de los ingresos y la riqueza. También se centra en la accesibilidad, el género, el estatus y las oportunidades.

La cuestión de la accesibilidad, especialmente en hospitales, escuelas e instituciones gubernamentales, surgió muchas veces en las conversaciones con las personas con discapacidad en Quetta. Una de las participantes, que se movilizaba en silla de ruedas, nos contó que no bebía agua si salía de su casa, debido a la falta de aseos públicos accesibles. Al mismo tiempo, esta comunidad mencionó la necesidad de difundir más eficazmente la información sobre las lesiones y enfermedades prevenibles por la vacunación. Algunos participantes tenían poliomielitis y lamentaban el hecho de que la población de sus localidades no confiara en las vacunas. Sentían que, si podían llegar a un número suficiente de personas y relatar sus propias experiencias, podrían obtener mejores resultados.

Las mujeres transgénero de Karachi, Sind, nos dijeron que la población en general no conocía la diferencia entre “trangénero” e “intersexual”. Destacaron la importancia de crear conciencia acerca de este tema y, especialmente, de incorporar a los miembros de la comunidad transgénero en el diseño de programas dirigidos a los funcionarios públicos, las empresas y los niños en edad escolar.

Creo firmemente que una de las mejores formas de formular políticas inclusivas e iniciativas de desarrollo es basarlas en datos y experiencias vividas. Esto solo puede hacerse mediante una representación mayor y más real, especialmente de las comunidades más marginadas del país.

Nuestras consultas nos permitieron vislumbrar los contornos de la desigualdad. La conclusión abrumadora fue que la desigualdad da lugar al aislamiento. Hace invisibles a las personas, creando grupos diferentes de “otros” que no pueden hablar en sus propios términos.

El Informe Nacional sobre Desarrollo Humano 2020 es la culminación de estos relatos, que hemos transmitido de la mejor manera posible. Por momentos, son desoladores y perturbadores, y por momentos, alentadores y esperanzadores. Para más información sobre nuestras percepciones desde el terreno, lee el Informe Nacional sobre Desarrollo Humano 2020 del Pakistán (en inglés) sobre la desigualdad.

Las consultas para el Informe Nacional sobre Desarrollo Humano 2020 del Pakistán fueron realizadas por Sana Ehsan, Meeran Jamal, Aroub Farooq y Momina Sohail, de la Dependencia de Políticas de Desarrollo del PNUD Pakistán. Las fotografías fueron tomadas por Shuja Hakim, Muhammad Mari, Sana Ehsan y Momina Sohail del PNUD Pakistán.

Escrito por:
Momina Sohail, Oficial de Comunicaciones de la Dependencia de Políticas de Desarrollo del PNUD. Puedes contactar con ella a través de momina.sohail@undp.org.

Editado por:
Ayesha Babar, Analista de Comunicaciones y Jefa de la Dependencia de Comunicaciones, PNUD Pakistán.

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