Esperanza para las mujeres en Yemen

ONU Desarrollo
6 min readMar 9, 2020

Mientras el mundo celebra el Día Internacional de la Mujer, y las mujeres alrededor del planeta luchan por la igualdad, Yemen se encuentra entre los puestos más bajos de los índices de Desigualdad de Género y Brecha de Género del Foro Económico Mundial. En 2017, Yemen figuraba como el peor lugar del mundo para ser mujer.

Las desigualdades han sido reconocidas durante mucho tiempo como barreras para las mujeres y niñas yemeníes, pero desde hace casi 5 años, Yemen se encuentra en un conflicto violento que ha exacerbado su situación. Ahora se ven obligadas a soportar la carga del desplazamiento, el hambre, los sistemas educativos discontinuados, la escasez de trabajo, la inseguridad económica y la escasez o falta de agua, electricidad y saneamiento. Y a menudo se las excluye de cualquier proceso de toma de decisiones dentro de sus comunidades y se las deja sin voz ni representación.

Más vulnerables a la violencia y las privaciones.

El desplazamiento interno masivo las ha dejado más vulnerables a la violencia y las privaciones. Representan más de la mitad de las 3,5 millones de personas que ahora están en continuo en movimiento en busca de seguridad y refugio, y más de una cuarta parte de ellas son menores de 18 años.

Samiah, una madre soltera de dos hijos, se vio obligada a huir de su casa cuando estalló el conflicto en la ciudad portuaria occidental de Hodeidah. Por primera vez, y en contra de su voluntad, su pequeña familia estaba sola, sin un sistema de apoyo. “Quiero que la guerra termine. Quiero poder vivir de manera segura con mis hijos”, dice entre lágrimas.

Las mujeres ahora se ven obligadas a soportar la carga del desplazamiento, el hambre, los sistemas educativos discontinuados, la escasez de trabajo, la inseguridad económica y la escasez o falta de agua, electricidad y saneamiento.

La mayoría de las yemeníes quieren lo mismo que Samiah: un futuro diferente para ellas y sus familias, uno que sea seguro y justo.

“Nos acostábamos con hambre muchas noches, no había suficiente comida para comer. Hubo momentos en que les dije a mis hijos que no tenía hambre, para que la comida que pusiera en la mesa fuese suficiente para ellos”, dice Samiah.

Antes del conflicto, la familia de Samiah había pescado durante generaciones en el mar, permitiéndoles alimentarse, así como administrar un pequeño puesto en el mercado. Pero “Todo cambió después de que estalló la guerra. El conflicto estaba en todas partes, no había un lugar seguro, ni siquiera el mar. Mi familia no podía pescar, no teníamos otra forma de ganar dinero”.

Poniendo a las mujeres en el centro

Debido a que la situación de Samiah no era única, la alianza del PNUD con el Banco Mundial y sus socios nacionales, el Fondo Social para el Desarrollo y el Proyecto de Obras Públicas, ha hecho que el empoderamiento y la protección de las mujeres sean centrales en sus proyectos.

El Proyecto de Respuesta a la Crisis de Emergencia de Yemen (YECRP, por sus siglas en inglés), de USD$400 millones, trabaja para reducir algunas de las barreras socioeconómicas que enfrentan las mujeres. Ha ayudado a casi 40.000 mujeres a convertirse en socias igualitarias para abordar las necesidades urgentes de sus comunidades locales. Han participado en casi 3.700 proyectos que abarcan la construcción de cisternas de agua, la pavimentación de caminos, la reparación de escuelas y la protección de tierras agrícolas que ayudarán a Yemen a reconstruirse más fuerte de lo que era antes del conflicto.

Reconociendo la importancia del liderazgo de las mujeres en los procesos de toma de decisiones de la comunidad, la alianza del PNUD con el Banco Mundial y sus socios nacionales, el Fondo Social para el Desarrollo y el Proyecto de Obras Públicas, ha hecho que el empoderamiento y la protección de las mujeres sean fundamentales para ss proyectos.

Casi 800 de estos proyectos generaron trabajo y dinero en efectivo muy necesario para más de 63.000 mujeres. Estas oportunidades no solo les permitieron contribuir a sus comunidades, sino que también brindaron ingresos disponibles para agua, alimentos, vivienda, salud y educación.

YECRP también ha capacitado y empleado a más de 3.600 mujeres jóvenes para ayudar a cientos de miles de madres y niños necesitados, brindando servicios educativos para las personas afectadas por la desnutrición.

Debido a la necesidad financiera, las mujeres se han trasladado a la fuerza laboral. Casi 800 proyectos generaron trabajo y dinero en efectivo muy necesario para más de 63.000 mujeres.

La guerra ha tenido graves consecuencias en una economía ya frágil, lo que ha provocado el cierre de un tercio de las empresas y la pérdida de ingresos de otras ocho millones. Ahora, con el 60% de los yemeníes sin empleo, el conflicto ha reducido en gran medida las oportunidades de empleo e ingresos tradicionalmente dominadas por los hombres. Debido a la necesidad financiera, las mujeres se han trasladado a la fuerza laboral.

Aunque la participación femenina en el mercado laboral de Yemen es una de las más bajas del mundo, el conflicto ha cambiado algunas percepciones y barreras socioeconómicas que tradicionalmente han frenado a las mujeres. Han asumido roles y responsabilidades adicionales para apoyar a sus familias realizando trabajos, incluso trabajo físico, que antes se consideraban inconcebibles.

Las mujeres han participado en casi 3.700 proyectos, incluida la reparación de escuelas, que ayudarán a Yemen a reconstruirse más fuerte de lo que era antes del conflicto.

Samiah se ha convertido en una trabajadora manual. “Gracias al proyecto, he trabajado durante cuatro meses en la comunidad y muchas cosas han mejorado en nuestras vidas. El trabajo me hace feliz y me da esperanza para un futuro mejor. Puedo pagar el alquiler y darles a mis hijos comida, todos estamos felices y saludables”.

YECRP apoya a alrededor de 3.200 empresas gestionadas por mujeres. Muchas estaban al borde del colapso, habiendo resistido las crisis económicas desde 2015. Y con la constante fluctuación de la moneda nacional, y sin capital, estas mujeres estaban luchando para llegar a fin de mes, y muchas no pudieron escapar las grandes deudas.

YECRP ha capacitado y empleado a más de 3.600 mujeres jóvenes para ayudar a cientos de miles de madres y niños necesitados, proporcionando servicios educativos para las personas afectadas por la desnutrición.

Las mujeres y sus negocios son una fuerza importante para la creación de empleo y están suministrando bienes que los mercados locales necesitan desesperadamente. Han recibido subvenciones financieras y asistencia técnica para administrar sus negocios durante la crisis al tiempo que apoyan a sus comunidades y sus familias.

Muchas son ahora empresas clave dentro de su comunidad, que ayudan a brindar continuidad, mantener la paz y un sentimiento de orgullo durante un momento muy difícil en la historia de Yemen.

“Sigo trabajando tan duro como puedo”.

Todavía hay un progreso significativo por hacer en Yemen para la igualdad de género, sin embargo, a través del PNUD y nuestros socios, nos esforzamos por marcar la diferencia una mujer, una familia y una comunidad a la vez.

“Cuando escucho sobre el sufrimiento de otras personas, sigo trabajando tan duro como puedo para no volver a estar en esa situación nunca más. No quiero pedirle ayuda a nadie nunca más. He aprendido mucho del proyecto de efectivo por trabajo. Depende solo de mí misma y trabajo duro para ganar dinero para mantener a mis hijos”, dice Samiah con una sonrisa.

Samiah dice: “Gracias al proyecto, he trabajado durante cuatro meses en la comunidad y muchas cosas han mejorado en nuestras vidas. El trabajo me hace feliz y tengo esperanzas de un futuro mejor“.

Texto y fotos del PNUD Yemen

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