La pandemia en la sombra de la COVID-19

ONU Desarrollo
5 min readNov 24, 2020

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Recrudece la violencia contra mujeres y niñas

La violencia contra las mujeres y las niñas se ha disparado a medida que el costo social, mental y económico de los meses de confinamiento se ha impuesto. Ilustración: Mary Long/Shutterstock.com

La violencia contra las mujeres y niñas, de por sí uno de los problemas más graves que encaramos, recrudece en cualquier tipo de emergencia. La crisis ocasionada por la COVID-19 no es la excepción.

Las cifras escapan la imaginación: incluso antes de la COVID-19, en los últimos 12 meses cerca de 243 millones de mujeres habían sido maltratadas por su pareja.

No solo es casi seguro que ese número esté por debajo de las cifras reales — se calcula que menos del 40% de las mujeres denuncian un incidente de maltrato o buscan ayuda — sino que esa cifra se ha disparado a medida que el costo social, mental y económico del confinamiento se ha ido arraigando con el correr de los meses.

En Francia y Chipre los casos denunciados han registrado un aumento del 30% desde marzo.

Incluso en Singapur, un país que logró controlar con relativa rapidez el coronavirus, registrando menos de 60.000 casos y 28 muertes, la violencia denunciada ha aumentado un 33%.

El repunte está poniendo presión incluso en los mejores sistemas de salud y los refugios contra la violencia doméstica están alcanzando su máxima capacidad. La necesidad de redireccionar recursos normales para atender la pandemia de la COVID-19 ha agudizado los desafíos. El costo, en términos monetarios, se calcula en US$1,5 billones, y esa cifra va en aumento conforme se prolonga la pandemia.

El Secretario General António Guterres ha hecho un llamado de “cese al fuego” a la violencia doméstica en el contexto del “espantoso repunte registrado a nivel mundial”.

“He hecho un llamado para que se ponga fin a la violencia en todas partes, de inmediato. Pero la violencia no se circunscribe al campo de batalla. Para muchas mujeres y niñas, la amenaza es inminente donde más seguras deberían sentirse: En sus propios hogares”, indicó.

No obstante, la violencia de género no solo puede prevenirse, sino que es posible crear un mundo desprovisto de violencia en el que todos tenemos un papel a desempeñar.

Los 16 Días de Activismo contra la Violencia de Género del Sistema de las Naciones Unidas se desarrollará entre el 25 de noviembre y el 10 de diciembre, bajo el lema: “Pinta el mundo de naranja: ¡Financiar, responder, prevenir, recopilar!” La campaña señalará el alcance de un problema que con demasiada frecuencia permanece oculto, y sugerirá maneras en las que los gobiernos y las comunidades pueden convertir la acción eficaz en un componente fundamental de sus planes de respuesta ante la COVID-19.

“Hemos observado con alarma cómo las tasas de violencia de género — que de por sí ya eran demasiado altas — han seguido subiendo en el mundo entero a raíz de la pandemia”, indicó Mirjana Spoljaric Egger, Defensora Mundial en materia de Género del PNUD, Subsecretaria General de las Naciones Unidas y Directora de la Dirección Regional del PNUD para Europa y la CEI. “La campaña de 16 Días de este año es de crítica importancia para despertar la atención y el sentido de urgencia que tanto se necesita ante este repunte mundial. No hay tiempo que perder: la prevención y la atención de la violencia de género deben integrarse de manera eficaz en nuestros esfuerzos para combatir la COVID-19”.

El PNUD está urgiendo la formulación de políticas que generen un compromiso para financiación a largo plazo que apoye a las sobrevivientes, así como a los sistemas policiales y de justicia. Estamos trabajando con más de 80 países para prevenir la violencia contra mujeres y niñas y responder ante las tasas en ascenso de ese flagelo. Ello incluye asegurar que las necesidades de las sobrevivientes sean atendidas y que las mujeres participen en el proceso de construir un futuro mejor, en el que sus preocupaciones, experiencia y opiniones se incorporen en todos los niveles de respuesta y recuperación frente a la COVID-19.

La exitosa respuesta de Malawi incluyó iniciativas de empoderamiento financiero de mujeres. Distribuyeron transferencias de efectivo, alivio fiscal, capacitación y paquetes de incentivos empresariales.

Líbano ha optado por una ruta similar, integrando la prevención de la violencia de género en los programas de trabajo a cambio de dinero en efectivo.

En colaboración con ONU Mujeres, el PNUD México está estableciendo plataformas telefónicas y en línea para apoyar a mujeres vulnerables en centros LUNAS, que son espacios seguros donde las mujeres reciben un estipendio mensual y, cuando procede, pueden escapar de sus agresores.

En Botsuana, los esfuerzos de la comunidad en general están teniendo muchísimo éxito. Los jefes tribales, los maestros de escuela, los agricultores y las enfermeras del país están creando consciencia y asesorando al gobierno sobre los retos y necesidades de sus aldeas.

El PNUD y ONU Mujeres han lanzado el Rastreador Mundial de Respuestas de Género COVID-19. Incluye más de 2.500 medidas en 206 países que abordan directamente la seguridad económica y social de las mujeres, así como medidas para abordar la violencia de género. Hasta el momento los resultados indican que si bien muchos países están priorizando las necesidades de las mujeres en los esfuerzos emprendidos contra la COVID-19, el esfuerzo de muchos países no ha sido suficiente, en tanto que cerca del 20% de los países no está haciendo absolutamente nada al respecto.

“Hemos observado que la mayoría de los países que han tratado de abordar la violencia de género en su respuesta contra la COVID-19 se han centrado en abordar la violencia contra mujeres y niñas. Ese es un buen comienzo, pero, claramente, no es suficiente”, indicó Raquel Lagunas, Directora en funciones del Equipo de Género del PNUD. “Los gobiernos deben intervenir y tratar los servicios de respuesta contra la violencia de género como servicios esenciales e integrarlos en sus planes nacionales de recuperación, ampliar los programas y políticas integrales, y fomentar la participación dinámica y el liderazgo de la mujer”.

En el informe del PNUD sobre la violencia de género y la COVID-19 se incluyen medidas adicionales que los organismos de las Naciones Unidas, los gobiernos y otros asociados pueden adoptar para prevenir y abordar la violencia de género en el contexto de la COVID-19.

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