Los países africanos, a la vanguardia de la financiación para el desarrollo con perspectiva de género
Usando marcos de financiación especializados, los gobiernos buscan incorporar el empoderamiento de la mujer en las decisiones nacionales sobre financiación
¿Cuál es el problema? En todo el mundo, y en particular en África, nuestros sistemas financieros, nuestros presupuestos nacionales y nuestras inversiones privadas no benefician de la misma manera a las mujeres que a los hombres.
Según el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, la economía de África Subsahariana se contrajo un 1,7 % en 2020, empujando a otros 23 millones de africanos a la pobreza extrema. Se han perdido muchísimos empleos. En Gabón, Malawi, Uganda y Zambia, más del 80 % de los hogares informaron haber perdido ingresos en 2020. En Kenya y Gabón, más del 60 % de los entrevistados perdieron sus empleos durante la pandemia.
Estas estadísticas se traducen en impactos sumamente reales para las mujeres: las crisis económicas y la disminución de los ingresos afectan su empoderamiento económico. A menudo, esos ingresos se utilizan para proporcionar alimento, atención sanitaria y otras ayudas sociales a las familias. En última instancia, las mujeres son las más afectadas por la disminución de los ingresos discrecionales que se utilizan para adquirir productos y servicios esenciales para el hogar.
A nivel mundial, más de 1.000 millones de mujeres aún no han logrado acceder a los servicios financieros formales.
En África Subsahariana, un 37 % de las mujeres son titulares de cuentas bancarias frente a un 48 % de los hombres, una brecha que no ha hecho más que aumentar en los últimos años. Esta disparidad obedece al acceso limitado de las mujeres a la educación, la tecnología, la información y los servicios de salud, a su elevada concentración en las actividades económicas informales y en los empleos con remuneración escasa o nula, y a la creciente violencia de género.
En el plano gubernamental, las estrategias de financiación indiferentes a las cuestiones de género pueden tener repercusiones negativas sobre sus ingresos, en tanto que casi no se utilizan mecanismos de financiación con perspectiva de género que mitiguen los efectos de la pandemia sobre las mujeres o incentiven al sector privado a promover su empoderamiento. Las asignaciones presupuestarias destinadas a las mujeres y las niñas son claramente insuficientes. La capacidad de efectuar un seguimiento del gasto se ve obstaculizada por la falta de capacidad institucional y de datos sobre los flujos de desarrollo que tengan en cuenta las cuestiones de género.
A las mujeres y a las adolescentes les resulta difícil influir en la agenda de financiación debido a que su participación en la asignación presupuestaria en los planos nacional y municipal y su acceso a los espacios de toma de decisiones son limitados. Durante los últimos 25 años, África ha logrado avances modestos en la proporción de cargos de toma de decisiones políticas ocupados por mujeres, que pasó de un 9,8 % en 1995 a un 24,7 % en 2020.
Estas limitaciones sociales, económicas y políticas van en detrimento de los derechos y el bienestar de las mujeres y las niñas africanas. Las desigualdades de participación en el ecosistema financiero no les permiten contribuir plenamente a los recursos financieros destinados al desarrollo sostenible y a la recuperación tras la COVID-19 y beneficiarse de ellos.
¿Cómo pueden ser útiles los marcos de financiamiento nacional integrado?
Los gobiernos africanos están diseñando y aplicando una amplia gama de reformas, proyectos, programas, instrumentos de financiación, plataformas y planes de incentivos para superar los obstáculos estructurales al empoderamiento económico de las mujeres. Los gobiernos africanos están innovando constantemente. Los siguientes ejemplos son una prueba de eso.
Los marcos de financiamiento nacional integrado (INFF por sus siglas en inglés) están ayudando a los gobiernos a fortalecer la coherencia entre las innovaciones y las decisiones nacionales de financiación del desarrollo. Estos marcos les permiten centrarse en las necesidades de las mujeres e incorporar la igualdad de género en los procesos y sistemas de financiación. Lo hacen mejorando la representación, las políticas y los datos.
Es vital incorporar las necesidades, las realidades y las exigencias de las mujeres y las niñas en los ámbitos de la financiación, el comercio, el endeudamiento, la gobernanza, la tecnología y la innovación. Para facilitar la participación y el liderazgo plenos y en pie de igualdad de las mujeres en la economía, es necesario priorizar, focalizar y compatibilizar la asignación de recursos y las inversiones en las instituciones de igualdad de género y las agrupaciones de mujeres en los planos local, nacional, regional y mundial.
Tales medidas pueden incluir la apertura del acceso a la financiación para las empresas dirigidas por mujeres; el desarrollo políticas de financiación sensibles a las cuestiones de género, o fortalecerlas; el fomento de la responsabilidad social y la rendición de cuentas del sector privado para propiciar el empoderamiento de las mujeres; la aplicación de la perspectiva de género a las políticas de gestión de la deuda; la promoción de la elaboración de presupuestos con perspectiva de género; velar por la coherencia entre los procesos nacionales de planificación, cálculo de costos y presupuestos y los objetivos de igualdad de género, y establecer instrumentos y plataformas participativos que mejoren la contribución de las mujeres a los procesos de presupuestación a nivel nacional y subnacional.
Los líderes africanos se comprometen a promover iniciativas de financiación con perspectiva de género
Pese a los desafíos, los países africanos se han transformado en los principales defensores de las iniciativas de financiación con perspectiva de género en el continente y también en el resto del mundo. Los países africanos estuvieron entre los primeros en el proceso de adopción de los marcos nacionales de financiación integrado, iniciativa que comenzó en 2019. Alrededor de la mitad de las más de 70 naciones que están desarrollando y aplicando estos marcos están en África.
Con el apoyo de una red de socios, el equipo de Financiación de los ODS y Cooperación Sur-Sur del Centro de Financiación Sostenible del PNUD en África está ayudando a los gobiernos a incorporar el empoderamiento de la mujer y la igualdad de género en la financiación para el desarrollo, tanto a través de los marcos nacionales de financiación integrado como mediante proyectos independientes.
Los gobiernos de Gabón, Nigeria y Malawi están aplicando estrategias de presupuestación con perspectiva de género para garantizar que las asignaciones presupuestarias reflejen los compromisos de política en materia de reducción de la pobreza e igualdad de género. Otros países africanos están desarrollando sus propias iniciativas para reducir las disparidades de género en sus sistemas tributarios y sus estrategias de financiación. En Sierra Leona se ofrecen exenciones fiscales para una serie de factores relacionados con la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer.
Para mejorar el acceso de las mujeres a la financiación, los laboratorios de aceleración del PNUD, en cooperación con Jumia Uganda, desarrollaron una plataforma en línea en la que los consumidores pueden vincularse con las microempresas y las pequeñas y medianas empresas, de las cuales un 85 % pertenecen a mujeres que trabajan. En Cabo Verde, la plataforma Negocia está vinculando a empresarias jóvenes con inversionistas y suministrando acceso a capital inicial a empresas cuyas actividades favorecen la consecución de los ODS.
En Rwanda, el gobierno estableció un fondo de desarrollo empresarial centrado en las mujeres y los jóvenes. Y en Zambia, el mecanismo de garantía de préstamos del Fondo de las Naciones Unidas para el Desarrollo de la Capitalización (FNUDC) proporcionará la mayoría de sus USD 600.000 en la forma de garantías y asistencia técnica para las mujeres. La Bolsa de Valores de Botswana está investigando los bonos de género y promoviendo la adopción de criterios para reducir las prácticas perjudiciales en materia de género en el ámbito laboral.
Aprovechar el impulso
“Ahora que la COVID-19 se va quedando atrás, está claro que la pandemia afectó a las mujeres y a los hombres de maneras distintas”, señaló en una reciente entrevista Nabila Aguele, asesora especial del Ministro de Finanzas, Presupuesto y Planificación Nacional de Nigeria.
Esta conciencia cada vez mayor ofrece nuevas oportunidades de reforma política. “Estamos aprovechando el impulso y la reacción ha sido realmente positiva”, dijo Nabila sobre los recientes progresos del país encaminados a armonizar la inclusión y la igualdad de género con sus políticas fiscales y su sistema público de gestión financiera.
Otros países africanos también están aprovechando las circunstancias. Y no están trabajando solos. Además del Centro de Financiación Sostenible del PNUD en África, socios como ONU Mujeres, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la Agencia Alemana de Cooperación Internacional (GIZ) y la Comisión Económica para África (CEPA) están ayudando a los países a aprovechar el renovado sentido de urgencia para armonizar la financiación y los paquetes de estímulo para el desarrollo con la igualdad de género. En el Foro de Financiación para el Desarrollo de abril de 2022, el PNUD, el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas (DAES) y la OCDE presentarán conjuntamente el mecanismo de los marcos nacionales de financiación integrado para satisfacer la creciente necesidad de asistencia técnica e intercambio de conocimientos entre los países que los están poniendo práctica.
Durante los próximos años, los países africanos pasarán de desarrollar estrategias integradas de financiación a impulsar las reformas normativas, reglamentarias y de instrumentos que se indican en dichas estrategias.
Los marcos de financiamiento nacional integrado brindan la posibilidad de garantizar que los controles, los análisis, la participación y los datos desglosados en materia de género sean tenidos en cuenta en las decisiones de financiación en los ámbitos público y privado. Ofrecen una oportunidad singular de aprovechar el ímpetu mundial para incluir la dimensión del género en el debate y orientar los sistemas financieros de África hacia la igualdad.
“Me encanta surfear estas olas [de igualdad]”, finalizó Nabila.
Escrito por:
- Orria Goni, Asesora en Financiamiento de los ODS y Cooperación Sur-Sur
- Luckystar Miyandazi, Especialista Regional en Impuestos, Analista del Programa Ankun Liu
- Ana-Maria Beldiga, Pasante en Finanzas de los ODS y Cooperación Sur-Sur, Centro de Finanzas África Sostenible PNUD
- Lucy Martin, Jefa de Comunicaciones de INFF
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