Nuevos horizontes para las mujeres en RD Congo
Después de más de una década de conflicto y uso de la violación como arma de guerra, la violencia sexual sigue formando parte de la realidad de mujeres y hombres en la zona este de la República Democrática del Congo. Los congoleños multiplican sus valerosos esfuerzos para erradicar este flagelo. He aquí algunos testimonios.
Víctima de violación a los 14 años, Faida quedó embarazada. Su madre la rechazó y Faida debió abandonar la escuela durante más de un año.
A lo largo de esta dura experiencia, Faida ha podido contar con el apoyo de Espérance, psicóloga encargada del acompañamiento a las víctimas de violación en el hospital de referencia de Bunia, en la provincia de Ituri. “Espérance me ayudó a entender que la vida continúa, a pesar de todo,” afirma Faida.
Espérance recibe diariamente entre 2 y 3 nuevas víctimas y facilita un seguimiento regular de 5 a 6 personas al día. “La dimensión social y ambiental es un aspecto importante que se debe tener en cuenta. Por ejemplo, el rechazo de la familia es terriblemente traumático para las mujeres y niñas violadas. Puede tomar años de seguimiento terapéutico sobrevivir a una violación”, explica.
Espérance trabaja en equipo con el Dr. Bassara, director del hospital de referencia de Bunia. “Esto permite una mejor integración de los servicios en el seno del hospital. En mi opinión, ésta es la mejor opción para el seguimiento psicosocial, porque todo tiene lugar en la tranquilidad del hospital y las víctimas no sufren estigmatización.”
El Dr. Bassara también desempeña un papel clave en la vida de las pacientes, “Cuando las víctimas me visitan por primera vez, algunas se resisten a sincerarse enseguida. Gracias a mi sensibilidad como médico y a la formación recibida para el tratamiento de las víctimas de la violencia sexual, consigo encontrar las palabras y las actitudes necesarias para hacerlas hablar. Esto requiere paciencia y atención.”
“Desde 2014, hemos atendido a 596 víctimas en el plano médico y 351 casos en el psicológico. Esta es una prueba de que la población reconoce los servicios que ofrece el hospital”, asegura el Dr. Bassara.
Al mismo tiempo, la célula especial de lucha contra la violencia sexual en Bunia remite de inmediato a las víctimas a los servicios médicos de emergencia, que son gratuitos. Esta estructura centraliza todos los expedientes médicos de la provincia y recibe diariamente más de diez casos de denuncias por violación. La edad promedio de las víctimas es de 15 años.
Muchos casos provienen de zonas aisladas, zonas mineras y regiones donde operan grupos rebeldes en las que los conflictos de los últimos años han tenido un impacto negativo en las actitudes y han contribuido a perpetuar la impunidad.
“Invertir la tendencia requiere un gran trabajo de sensibilización. Organizamos talleres, seminarios y programas de radio para informar a la población. Nuestro mayor desafío es informar a las familias y la población, porque muchos de ellos desconocen la ley”, afirma Yava Muteb.
Eugénie es facilitadora de la asociación ANAMADE, en Komanda, a tres horas de Bunia, donde coordina la creación y el apoyo a las asociaciones creadas para la generación de ingresos destinados a las víctimas.
Como líder comunitaria, Eugénie desempeña también funciones de consejera de las víctimas de violación y las acompaña al hospital: “Estas personas depositan su confianza en mí e incluso vienen a verme a casa cuando pasan por un mal momento. Trato de ayudarlas en todos los niveles, ya sea psicológico, económico o jurídico.”
“En nuestro proyecto de asociaciones generadoras de ingresos, las mujeres han tenido grandes logros. Siempre puede haber un cambio positivo en la vida de las personas, incluso después de haber experimentado los peores abusos. De las 44 beneficiarias, 35 prosiguen su proyecto empresarial con motivación y éxito. Asimismo, se ha dado un cambio en los hogares: la aceptación por parte de los esposos y de la comunidad de las mujeres que han sufrido violación.”
Las historias aquí recogidas son las de los actores locales que participan en el programa “Tupinge Ubakaji”, financiado por Canadá con una dotación de 18 millones de dólares. El programa lo lideran conjuntamente el PNUD, el FPNU, la UNESCO y la OCDHNU. En 2016, de un total de 5.795 víctimas que recibieron ayuda médica y psicosocial, 1.755 casos se llevaron ante los tribunales, que dictaron sentencia en 783 casos (79,6% de sentencias condenatorias y 20,4% de absoluciones).
En lo que se refiere a la reinserción, 1.729 beneficiarios adultos (1.560 mujeres y 169 hombres) y 665 menores (635 niñas y 30 niños) han logrado su reinserción respectiva en los planos socioeconómico y escolar.
Un total de 5.797 sobrevivientes de actos de violencia sexual y de género (5.695 mujeres y 102 hombres) tuvieron acceso a la atención médica y psicosocial a través de formaciones sanitarias que cuentan con apoyo del programa.
Texto y fotos : Aude Rossignol / PNUD en RDC