Una revolución de energía limpia
Cuando las iniciativas energéticas hacen más que mantener las luces encendidas.
¿Cuánto impacto puede tener un simple cambio en energía limpia en toda una comunidad? Esta una idea que el PNUD está poniendo a prueba y liderando con el ejemplo.
Todo comenzó con una epidemia mortal.
Hace unos tres años, Sierra Leona, Liberia y Guinea fueron asoladas por el ébola.
Con enormes dificultades logísticas, el personal médico luchó para salvar vidas. Uno de los problemas era que los generadores de los hospitales seguían fallando y los técnicos, temerosos de las infecciones, no querían acercarse a ellos.
El PNUD intervino con una solución simple.
“En Liberia, instalamos un panel solar en medio de una crisis en el país más pobre y desafiante del mundo”, dijo Gerald Demeules, Asesor Global de TIC en la Oficina de Gestión de Información y Tecnología del PNUD (OIMT, por sus siglas en inglés).
Fue un pequeño comienzo para una gran idea: el PNUD sería el líder mundial en la reducción de sus propias emisiones y ayudaría a los países a cumplir sus compromisos con los acuerdos de París. Se abrirían nuevos caminos en la innovación, desarrollando y probando nuevas tecnologías verdes y, a lo largo del camino, se crearían empleos sostenibles.
Además, contribuiría a lograr seis de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, incluida la reducción de la pobreza, la creación de energía asequible y limpia, la contribución a la industria y la innovación, y la ayuda a construir ciudades y comunidades sostenibles.
Tres años después, la iniciativa PNUD Verde (Green UNDP) ha instalado 4.873 paneles solares y ha transformado 13 oficinas en todo el mundo con una combinación de nueva tecnología, energía solar y estaciones electrónicas de carga de vehículos.
Este proyecto ha revolucionado la conectividad a internet en áreas con escasa conexión a través de la caja OneICT, un centro de datos móvil de bajo costo instalado en 65 oficinas en 62 países, incluidas las agencias de la ONU UNICEF y ACNUR. OneICT, que puede servir a hasta 1.000 usuarios, también se puede utilizar para la comunicación durante emergencias.
En resumen: un panel global que controla y analiza el consumo de energía en todas las oficinas de país del PNUD en tiempo real.
La iniciativa reduce las emisiones de CO2 del PNUD en 1.110 toneladas por año, mientras que al mismo tiempo produce 2,322,885 kWh de energía.
Pero hay más. Desde Afganistán, a Santo Tomé y Sudán del Sur, las comunidades que ni siquiera contaban con tecnología confiable del siglo XX están saltando a la vanguardia del XXI.
“Estamos creando un escaparate que inspirará a la gente”, dijo Demeules. “El todo es mayor que la suma de sus partes, es realmente emocionante. Una instalación inspira a otras 10 instalaciones. Estamos en el punto de inflexión de la campaña. Es exponencial”.
A medida que la comunidad global compite para encontrar soluciones a los problemas más acuciantes que enfrenta la humanidad, el PNUD está demostrando que se puede hacer. El siguiente paso: explorar el potencial del Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés), donde los dispositivos se conectarán a internet sin intervención humana para poder recopilar datos que permitan un uso, almacenamiento y transferencia de energía limpia más eficientes.
“El futuro es el Internet de las Cosas”, dijo Demeules. “Si solo compro un coche eléctrico, ¿cómo va a crear eso el cambio?”.
Pero si ese automóvil puede generar su propia energía fotovoltaica, o conectarse a la red local para permitir el almacenamiento de energía, entonces será una parte integral de una red de energía limpia.
Desde ese único panel solar, que permitió a un hospital de Liberia mantener sus luces encendidas, creció una enorme red de cambio de energía limpia.
“No hay ninguna iniciativa ahora que no incluya las energías renovables”, dijo Demeules. “Si podemos desencadenar un movimiento nacional, si lo hacemos de la manera correcta, puede ser muy importante”.